Fundamentos y mejores prácticas en la respuesta a incidentes de ciberseguridad

En la era digital en la que vivimos, las compañías de todos los sectores se encuentran inmersas en una alta dependencia de las redes de información y comunicación. Las tecnologías de la información no solo han transformado la forma en que operan las empresas, sino que también han remodelado los riesgos a los que se enfrentan. Los datos, ya sean de carácter personal o empresarial, se han convertido en un recurso muy valioso; llegando a considerarse el oro digital de nuestra época.

Es inquietante constatar que existen cientos de amenazas activas en la actualidad, solo en materia de código dañino del tipo ransomware de una manera profesionalizada. Estas amenazas están continuamente en busca de nuevos objetivos a los que sustraer información y cifrar sus sistemas con el fin de extorsionarles. Frente a este panorama, surge la urgente necesidad de adoptar una robusta gestión de incidentes de ciberseguridad, proceso integral conocido como Digital Forensics and Incident Response (DFIR).

El DFIR es mucho más que una respuesta puntual a un ataque en curso. Se trata de un enfoque estratégico para detectar, investigar, responder y, finalmente, aprender de los incidentes de seguridad. Este proceso abarca desde la utilización de técnicas forenses digitales para determinar el origen y alcance del incidente, hasta la aplicación de estrategias de mitigación y recuperación para asegurar la continuidad del negocio y prevenir futuros ataques con similares características.

La importancia de la concienciación y la evaluación en la empresa objeto de protección

La preparación ante eventuales incidentes de ciberseguridad es fundamental para cualquier organización. Esta preparación incluye una evaluación de las capacidades de ciberseguridad de la compañía, la identificación temprana de las potenciales brechas de seguridad, la formación técnica de los empleados y la generación de una conciencia global sobre la ciberseguridad. Cuanto más preparada esté una organización, más capaz será de detectar, responder y recuperarse de los incidentes de ciberseguridad.

En este sentido resulta de amplio interés llevar a cabo simulaciones de ataque periódicas, las cuales se llevan a cabo de manera controlada en entornos reales. La mejor forma de medir la seguridad de una organización, capacidades de identificación y reacción, así como puntos débiles es enfrentarse a amenazas reales en escenarios reales de una forma controlada.

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Pólizas de ciberriesgo: Una inversión estratégica para la resiliencia de la ciberseguridad empresarial

El seguro de ciberseguridad puede ser una herramienta valiosa para mitigar el riesgo financiero asociado a los incidentes de ciberseguridad. Las pólizas pueden adaptarse a las necesidades específicas de cada empresa, en función de su facturación, su operativa de negocio, sus dimensiones y sus características particulares. Estas pólizas pueden cubrir los costes inherentes a la respuesta al incidente (contención y resolución técnica, así como gastos de asesoramiento jurídico), las pérdidas de datos o restauración de sistemas de información o redes, así como el fraude electrónico, la suplantación de identidad digital, o sanciones en materia de PCI o protección de datos.

Como en cualquier ámbito no todas las aseguradoras o pólizas son iguales. Es muy importante contar con coberturas específicas que aborden el riesgo de nuestra compañía. En este sentido, contar con los adecuados sistemas y protocolos de seguridad irán en beneficio del pago de primas menores por este tipo de servicios.

Desde el Departamento de Ciberincidentes de DARKDATA se colabora con aseguradoras especializadas en los servicios de primera respuesta ante siniestros tecnológicos, y se recomienda encarecidamente contar con este tipo de pólizas. Los gastos asociados a la mitigación y resolución de un incidente pueden ser muy cuantiosos a pesar de contar con una infraestructura modesta o que el ataque sea perpetrado por cibercriminales poco expertos (Ej. Ransomware como servicio).

Detección de amenazas: Inteligencia proactiva

La detección de amenazas es un componente crítico de la gestión de incidentes de ciberseguridad. Las organizaciones deben emplear soluciones de seguridad que les permitan monitorizar sus redes y sistemas de forma continua. Esto permitirá la detección temprana de posibles amenazas, lo que podría reducir significativamente el impacto de cualquier incidente de seguridad.

Se recomienda una meticulosa segmentación de sistemas y redes, a la par que una monitorización holística 24×7 cualificada, más allá de logs ilegibles o que arrojan escaso valor de cara a hacer frente a una amenaza avanzada.

Respuesta y mitigación de amenazas

En el caso de un incidente de ciberseguridad, una respuesta rápida y efectiva es esencial. Esto implica la identificación precisa de la amenaza, seguida de medidas para contenerla y erradicarla. Las primeras 24 horas después de la detección del incidente son claves para evitar la propagación o escalada del incidente.

El objetivo es minimizar el impacto en el negocio y prevenir la propagación de la amenaza a otras partes de la red.

Una mitigación por parte de expertos cualificados puede permitir salvar y/o proteger datos de carácter crítico, obtener indicadores de compromiso (IOC) específicos no sólo sobre la amenaza objeto de análisis sino sobre el grupo cibercriminal que la maneja, e incluso mantener activa la operativa de negocio durante la resolución del caso.

Análisis y aprendizaje post-incidente

Tras la resolución de un incidente, el proceso de DFIR no se detiene. Se lleva a cabo un análisis post-incidente para aprender de la experiencia y mejorar las estrategias de defensa en el futuro de la compañía afectada. Se revisa en profundidad la eficacia de la respuesta al incidente, se identifican las áreas de mejora y se toman medidas para implementar las lecciones aprendidas.

El compromiso de los sistemas y datos de una compañía proporciona a los atacantes información privada que puede ser empleada para ulteriores ataques más cualificados. Estructuras de red internas, tecnologías desplegadas, o incluso prácticas en la resolución del incidente pueden arrojar datos valiosos a los criminales.

La clave para una gestión efectiva de incidentes de ciberseguridad radica en tener un plan de ciberseguridad sólido y bien estructurado. Este plan debe incluir políticas y procedimientos claros para la detección, respuesta y recuperación de incidentes de seguridad, así como la formación regular de los empleados en materia de ciberseguridad.

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